martes, 15 de marzo de 2011

Sombría perspectiva de una guitarra mexicana


Pig (comió Pillemce)

Sonidos intrínsecos sin lírica, escondidos en la modernidad. Pasajes totalmente violados que a la vez se encuentran inmaculados en nuestra identidad. Una identidad desprovista de su libertad, arrebatada por la historia formadora; engendro místico, lleno de vivacidad, hambriento de afección y felicidad, solitario ahí, esperando ser rescatado de entre el pavimento lúgubre y senil. Mal parido fuiste y al encierro te sometiste; es la crisis existencial que aún resistes. Pilar subordinado a la negación, enervas al corazón pero con miedo retienes a la razón. Miedo de no existir, de no encontrar ya en ti más que la forma de institución, aquella que fue seducida por el poder y la ambición. No te queda más que asomar tu verdadero sentir, triste alegría ahogada en alcohol, furia melancólica entre versos y color, aromas y sabor. Con ironía la muerte se apropió de tus andanzas, burla apasionada, reflejo de idiosincrasia: entre lágrimas defines, el significado de tu última esperanza.

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